miércoles

Décalogo de cobertura electoral

Roberto Zamarripa no sólo es un periodista extraordinario, sino un amigo y un líder. A él le debo haber vivido la cobertura de la campaña presidencial y algunas instrucciones precisas sobre cómo se reportea algo así.

Comparto algunas de las observaciones que nos hizo durante la cobertura frenética, ligeramente cambiadas en su redacción para no anclarlas a la jornada del 2012, ya que a la distancia deben ser vistas como lecciones de periodismo puro.

Un decálogo, pues, de cómo debe cubrirse una campaña política.
 

1.- El entorno, ambiente, discursos y circunstancias cambian respecto al inicio de la cobertura. Por tanto no se puede hacer el trabajo como si se estuviera al inicio de la campaña.

2.- El centro de la cobertura es dar cuenta de ese cambio que se refleja en discursos de candidatos, actitudes, reuniones con sectores específicos, concentraciones multitudinarias y regiones visitadas. Todos los candidatos aprietan los dientes para el último mes. Los semblantes son diferentes, la logística de campaña cambia, los acompañantes, los dichos también.

3.- Los cambios tienen un significado político. Por ello, su mención en las notas debe ser precisa, sin ambigüedades ni interpretaciones. Los detalles se reportean, no únicamente se anotan a partir de una simple observación. Hay que dimensionar los mitines. Tienen sus diferencias por el lugar donde se realizan, por la cantidad de asistentes, por el tipo de consignas. Si un candidato repleta una plaza en una zona donde su partido no tiene votación eso es noticia. Se debe darle densidad a eso. No tratar todo con el mismo rasero.

4.- No es tarea del reportero regodearse de la publicación de una encuesta en su medio. Eso es un episodio. Si los candidatos la mencionan se debe ser prudente en cómo se trata en los textos.

5.- No se manejan cifras en los mitines salvo que se tengan fuente. No se puede decir que había "casi 15 mil personas", "alrededor de ocho mil" o cosas por el estilo si se carece del dato preciso. Se pueden anotar miles, decenas de miles, o cientos. O bien "cinco mil, según los organizadores" o si es un estadio o teatro con un aforo específico y está lleno se puede decir el número cerrado siempre y cuando se cite la fuente.

6.- Las expresiones críticas deben estar fundamentadas y no interpretadas. Se puede buscar un declarante para que apoye una circunstancia que se haya notado. Un discurso anodino, expresiones incoherentes de un candidato, un cansancio evidente pueden ser dichas por una fuente y no necesariamente por el reportero.

7.- En las últimas semanas de una campaña la tensión se incrementa; la irascibilidad de fuentes y el apasionamiento de lectores también se potencia. Esto exige un gran cuidado, meticulosidad en el reporteo, paciencia en el trabajo, velocidad de reacción, no perder detalles y encontrarles explicación. No solo el qué dijo sino también por qué lo dijo. Qué pasó y cómo pasó.

8.- Cuando la jornada de un candidato incluya varios eventos se debe consignar en la nota que estuvo en distintos lugares y seleccionar la entrada de la nota por el lugar y el hecho más importante acontecido en el día y no por la anécdota.

9.- Se debe cuidar la credibilidad del medio en todos los párrafos que se escriban. El acarreo se documenta, no sólo se menciona. La cara larga o triste se reportea, no sólo se anota. No se interpreta el pensamiento de los candidatos ("Algo ronda por la cabeza de…") salvo que se sepa que el candidato comentó algún pensamiento con un allegado y eso fue del conocimiento del reportero.

10.- Es imprescindible la comunicación y el intercambio de opiniones sobre ángulos de notas. Es difícil, pero puede preverse desde la mañana qué evento es considerado como el importante y avisarle al editor para planear la edición.