jueves

Rollos y amarres


16 de junio

CHETUMAL.- Quince días. En cada mitin, los candidatos a la Presidencia de México mencionan  los días que faltan para la elección del 1 de julio.

En el de ayer, en Chetumal, Enrique Peña Nieto comenzó con eso ante unos pocos miles, en buena medida burócratas de educación y líderes de transporte, todos con playera nueva del Partido Verde o del PRI, cocinados a fuego lento bajo el histérico sol de la Península de Yucatán.
Lo de contar los días, dijo un viejo simpatizante del PRI respecto a este evento, es un modo de reafirmar el apoyo en cada estado al que va.

“Si no lo dice, revienta, porque a éstos no les entra el apuro”, susurró.
“Así han de andar los números adentro”.

Por eso, apenas llegando al estadio más pequeño de Chetumal, el 10 de Abril, Peña habló de los 15 días y, al término de su escalada de promesas, amplió la petición.

“No hay triunfos anticipados”, dijo. “Es cierto que las encuestas nos colocan en ventaja sobre nuestros adversarios, pero será la encuesta más importante, la única que cuenta, la del 1 de julio, la que nos permita ver en toda su dimensión el tamaño y el apoyo y respaldo que tiene esta propuesta y que nos permita ganar la elección el 1 de julio”.

Acompañado por el Gobernador de Quintana Roo Roberto Borge, quien como anfitrión dio la bienvenida, y por el líder nacional del PRI Pedro Joaquín Coldwell, ex mandatario estatal, Peña pidió cerrar filas aun cuando de acuerdo a miembros del PRI la unidad del partido está en veremos: Jorge Emilio González Martínez, “El Niño Verde”, pidió ir en primera fórmula por el senado (ya ocupó ese cargo) y, por la segunda, Félix González, ex mandatario que para llegar al cargo debió ganarle en la interna al medio hermano de Coldwell.

Sólo la propaganda de Félix y la de Raymundo King para diputado federal estaban presentes,  no así el del Niño Verde, quien ni siquiera fue mencionado y sólo estuvo en el presídium, muy de bajo perfil, hasta que la bola de candidatos locales subió con Peña al final de su mensaje.

Tanto la publicidad de King, actual líder estatal del PRI, como la de Félix, cubrieron gradas vacías del recinto. Ni de Peña hay.

Bajo avionetas con su nombre que sobrevolaban distrayendo a los asistentes, Peña dio un mensaje retórico y confuso, esto aunado a que se le volaron las hojas en varias ocasiones.

Por ejemplo, en sus promesas, entre las que destacó frenar el alza en los precios de los productos alimentarios a través de la incentivación de la producción nacional y reduciendo la importación, detalló a su manera lo de abrir 40 mil escuelas de tiempo completo.

“He propuesto la fracción de escuelas de tiempo completo, 40 mil escuelas en el país que permitirán a los hijos de las madres jefas de familia y a los hijos de todas las familias que los hijos hagan sus alimentos, lo cual generará un ahorro en la familia”, expresó. Quizá se entendió.

Más tarde, Peña refrendó que no cancelará el programa Oportunidades, cuyo origen, dijo, fue el priista Progresa, ni quién se acuerde, concebido en la administración de Ernesto Zedillo. No mencionó Solidaridad, anterior, más conocido, puesto en marcha por Carlos Salinas de Gortari.

El candidato advirtió que por el calor no se extendería (aunque duró los mismos 20 minutos de cajón), por lo que prometió para Chetumal la modernización del aeropuerto, que por cierto está en litigio con ejidatarios; la construcción de un hospital con servicios de oncología, equipar el área de Ciencias de la Salud de la Universidad de Quintana Roo y apoyos para la construcción de un campus en Cancún.

También, construir al menos 300 kilómetros de caminos rurales y sacacosechas.

Al final, reiteró la convocatoria para la que, finalmente, fue a Chetumal, centro político.

“Les pido que esta propuesta que he venido a hacerles a ustedes nos multipliquemos para que llegue a más quintanarroenses”, dijo, “y que les digan que no voy a fallar, que voy a cumplir”.

Y como para que quedara más claro, enfatizó la presencia entre los asistentes del primer Gobernador de Quintana Roo Jesús Martínez Ross, así como de otros ex gobernadores. Como se esperaba, no estuvo presente el Alcalde de Chetumal, Carlos Mario Villanueva, hijo del ex mandatario en la cárcel que, de acuerdo a aquél podría salir a fines de año y, por qué no, dicen los que grillan, dado el respaldo que aún conserva en el Estado podría reinventarse junto a su hijo… desde la Oposición.

Antes de concluir y firmar el dichoso compromiso, ya buena parte de los acarreados se ha ido. Sólo se quedan al frente Peña, ni siquiera sus compañeros de partido ni menos El Niño Verde, o Invisible, como le llaman; su equipo cercano y el puñado de fanáticos que, pareciera que a cambio de voto, se conforma con una foto junto al candidato con el celular... quien cada día que pasa seguirá pidiendo, quizá con mayor vehemencia, el apoyo.