LAGOS DE MORENO.- La batalla en este mitin en Lagos de Moreno no es
entre porras priistas y adversarios políticos, sino entre las del candidato a la
Presidencia Enrique Peña Nieto y las del aspirante a Gobernador de Jalisco,
Aristóteles Sandoval.
Los dos contendientes son recibidos por miles, menos de los que se
esperaba dado los huecos en los terrenos de la Expo de Lagos de Moreno, en la
entidad donde el ex Gobernador del Estado de México arrancó su campaña por la
Presidencia. El contendiente tapatío le da su batalla al de Movimiento
Progresista para recuperar el poder estatal tras 18 años en manos del PAN. A
Peña, en cambio, de acuerdo a encuestas parece que nada lo
detiene.Ambos parecen cortados con la misma tijera, casi gemelos dado los copetes y las camisas blancas, aunque el segundo tiene facciones toscas, está fornido y trae la camisa abierta. La misma imagen no parece deberse a que sólo el candidato estatal haya calcado la campaña de Peña, sino a que la de todos los aspirantes del PRI a alcaldes, diputados, senadores y gobernadores en el País, fueron hechas a propósito como la del candidato presidencial: estilos de ropa, panorámicos, discursos y fotos de todos los candidatos junto al puntero de las encuestas presidenciales.
De hecho, ni uno de los dos fue a debates convocados por #YoSoy132.
Incluso, Aristóteles y Peña tienen cursis clubes de fans, cuyos
integrantes no paran de gritar en este mitin bajo lonas y que, antes, se
deleitaron con “La Maldita Primavera”, en voz de Yuridia y, que después del
mitin, disfrutaron de la banda El Recodo, en un escenario situado a un costado
del templete político. De hecho, cientos no se mueven y escuchan desde ahí los
discursos del par de priistas.
El acarreo, en decenas de autobuses, no da para reventar el lugar,
pero inicia temprano. Martín y Felipe, dos niños de 11 años que llegaron desde
Guadalajara en la caravana en apoyo al candidato a diputado local Martín López
Cedillo, horas antes del evento decían estar desesperados.“Estamos desde las tres de la tarde”, dice Felipe, recargado con fastidio sobre una de las vallas. “Mugre Peña Nieto, ya quiero que llegue”.
Llega puntual junto a Aristóteles, “Ari”, como le dicen ridículamente, y en medio del griterío (y sin dejar atrás a la mediática Gaviota), aunque hay grandes hoyos en el predio. Faltó acarreo.
“Nos decían que no íbamos a poder”, inicia, “que representábamos un retroceso, nos achacaban los vicios de una generación (del PRI) que ya fue juzgada y de la cual sólo quedan restos, que no estamos dispuestos a repetir”.
Habría que haber visto la cara del líder nacional Pedro Joaquín Coldwell, presente en el evento y, por edad, protagonista de ese viejo PRI al que aludía "Ari".
“Durante dos décadas de trabajo, no he hecho más que construir hacia el futuro, porque déjenme decirles: comencé en un PRI sumergido en el ocaso de la derrota y aquí Enrique no nos puede dejar mentir, después de 12 años, donde el PRI no ha sido Gobierno, quiero decirles que al día de hoy hemos salido adelante”.
Como le sucede a veces a Peña, el contendiente local, que por cierto dice tener 20 años de trayectoria quién sabe de dónde, se lleva la nota. Por cierto, el aspirante local habló de un partido "modernizado en sus formas y métodos". Claro: a muchos de los miles de acarreados les dieron sombrillas bonitas.
“¡Ay!, parece como el hermano raro de Peña Nieto, se ríe así”, dice y ejemplifica abriendo mucho la boca una simpatizante de Lagos de Moreno, quien no deja de darle coca cola con agua a una bebé que, engolosinada, no para de succionar el biberón.
“Peña no, Peña está bien guapo”. Lo de siempre. Otro dice que él no va a votar por Ari, sino por Peña.
“Este cabrón sí va a ganar (Peña), no que el otro (Ari)”, comenta.
De complexión de escolta, “Ari” expresa melodramático que en su campaña ha escuchado historias de impunidad, abuso y abandono. Que quedó cimbrado de coraje por las historias de humillación y abandono. No habla de la aportación de su partido a ello ni matiza una de sus expresiones: que Jalisco dejará de ser el primer lugar en feminicidios, advierte, lugar que, por cierto, de acuerdo a asociaciones civiles y cifras oficiales, lo ocupa el estado que gobernó Peña. Quizá sin querer, el gemelo le dio un raspón al otro. Nuevo traspié del desbocado "Ari".
“Todo esto cambiará”, dice el joven, de voz rasposa y con el sudor
y el gel escurriéndole por el rostro. “Todos y cada uno de ustedes serán dueños
de la victoria del 1 de julio”.
Menos bronco, como suele ser, pero más fugaz, Peña toma la palabra
no sin antes saludar a los gobernadores (César Duarte, Chihuahua; Roberto
Sandoval, Nayarit; Carlos Lozano de la Torre, Aguascalientes, quien hasta cargó
con una parte de su equipo de comunicación; de hecho, el PRI local boletinó la
imagen del primer priista de Aguascalientes) y llama “amigo” a
Ari.
“En tan solo ocho días vamos a ganar la presidencia de la
republica”, comenta checando el reloj para ver el día. Ya no ha de saber ni en
cuál vive. “Y en ocho días les tengo una sorpresa: vamos a ganar la Gubernatura
de Jalisco”.
Suelta su rollo oficial de promesas. Ni un matiz. La gente que está
esperando a El Recodo tiene un ojo al gato y otro al garabato. Al parecer ni
siquiera pone atención en los compromisos locales, siempre con condicionantes:
si en esta ocasión no son las reformas estructurales, ahora es que gane el
mentado Ari: un parque industrial; ampliar carreteras; un hospital
geriátrico “para adultos mayores”, así dijo, y mayor abasto de agua a la zona
metropolitana de Guadalajara.
“O sea, el mitin fue el intermedio del espectáculo”, dice uno y se
carcajea.
Peña y Ari no se acaban de despedir y ya la mayoría de la gente
corre despavorida hacia el escenario donde se presentará El Recodo. En tanto,
antes de partir, los gemelos fantásticos del PRI se acercan a las vallas para
saludar sobre todo a mujeres.
El personal de seguridad de Peña manotea para alejarle curiosos. En
tanto, el coordinador de la campaña, Luis Videgaray, quien hasta posó con los
fans y firmó autógrafos, aprovecha a los reporteros y manda un mensaje a los
adversarios en redes sociales: que no es cierto que el mitin en el Estadio
Azteca, de Televisa, se vaya a cancelar.
Después del mitin, en el hotel aledaño al predio del mitin y entre
cervezas, los priistas celebran su cierre de campaña en Jalisco. Triunfalistas,
dicen que todo salió a pedir de boca y que el entusiasmo estuvo en su
punto.Pero nada como en el concierto de El Recodo, sobre todo cuando interpretó “Y llegaste tú”. Que su éxito.