Donde los expedientes de testigos
protegidos aparecen como reciclaje en papelerías.
Donde el gobierno dice
a veces que sí y a veces que no, pero nunca cuándo.
Donde los espejos de los sin nombre
siempre están empañados.
Donde la música nunca es por dentro, y el
hambre es permanente.
Quiero que todo vuelva
a la normalidad. La pregunta es cuál.
Desde marzo soy fantasma. No duermo a horas comunes, quiero escribir pero me sale espuma y en
mi corazón habita la niebla. Soy un espejo en el silencio. Los demás, mi
reflejo. Que todo en el mundo se desbarate y grite ya carece de sentido. Sólo
me pregunto por mi sendero. ¿O el sendero era esto?
Soy una bolsa llena de
humo. A quien quiera seguir mis pasos le bastará con seguir las colillas. Nada
de lo que hoy me sostiene es lo de ayer: hoy que de mí hay sólo manchas,
letras, muevo mi sombra al otro lado de la puerta, la invito a
partir.
"Ya no te necesito", le dije. "Eres libre".