MONTERREY.- Vestido de rojo, Héctor Mateos se puso de pie en el momento en que
Josefina Vázquez Mota afirmaba que mientras uno de sus rivales optaba por una
república amorosa y no por las reformas estructurales que necesita el país, el
otro decía apoyar el crecimiento de México pero su partido detenía iniciativas
en el congreso.
“¡Desvió de la Secretaría de Educación 2 mil millones por lo de
Enciclomedia!”, le gritó y de inmediato buena parte de los casi 2 mil
estudiantes del Tec de Monterrey que asistieron al encuentro con la candidata
presidencial del PAN intentaron callarlo a gritos y aplausos.
Titubeante al principio, Josefina le dijo que esperara a la sesión de
preguntas, pero al ver que el joven no se detenía no perdió el estilo y pidió
al resto de la audiencia que lo escuchara cuestionarla por qué no hizo como
Secretaria de Educación lo que dice que hará en caso de ser Presidenta. Sin
éxito tampoco.
La mañana de ayer había empezado bien para la aspirante albiazul. En la
Universidad de Monterrey, con casi una hora de tardanza, reiteró de buen ánimo
que quienes están contra la evaluación educativa están contra México; que ya no
eran tiempos de que la educación se sometiera a los caprichos de un líder
sindical y que de llegar al cargo haría que la Auditoría Superior de la
Federación revisara los recursos federales en los sindicatos. Que contra los
malos manejos, todo el peso de la ley.Al parecer los asesores han hecho su trabajo: la villana favorita del País ya está presente de lleno en el discurso de la candidata. Elba en campaña.
Con esas ganas, Josefina llegó al Tec de Monterrey, con 10 veces más de público, pero Héctor, de 19 años y estudiante de derecho, desvió la atención.
“¡¿Por qué está en su equipo de campaña Juan Molinar Horcasitas cuando
está pendiente lo de la Guardería ABC?!”, y seguía hablando pero los chavos lo
opacaban los gritos con otros gritos.
Josefina no perdía la sonrisa. Le contestó que ella nunca ha tomado un
peso, que sus cuentas son transparentes y que Molinar fue invitado por el CEN
del PAN, no por ella. Los cuestionamientos del chico siguieron un poco más, de
pronto se hizo el desorden, pero luego las intervenciones fueron acalladas y la
candidata siguió con su mensaje.
La panista retomó su papel crítico hacia las autoridades locales y le
dio un zape al Gobernador Rodrigo Medina: ante la inseguridad urge verle más la
cara y menos en Disneylandia. Ovación. Josefina estaba como pez en el agua
cuando otro chico en las alturas del auditorio intentó interpelarla, sin éxito.
Quizá por eso, la candidata decidió contestar las primeras preguntas entre el
público, lo que le celebraron. Luego de dos o tres exposiciones, de nuevo al
escenario del Auditorio Luis Elizondo.
Josefina repite lo mismo en todos los foros, con los mismos énfasis y
casi las mismas palabras. Echa mano de anécdotas emotivas de su familia al
punto que algunas hasta dan risa, como aquel de que los olores de su infancia
eran el thinner y el aguarrás de la tienda de pinturas de su padre.En ambas universidades, Josefina salió librada. Tuvo al mediodía su encuentro “milagroso” con Fox, hecho tan a la medida que de inmediato se le vio lo calculado, y otro de carácter informal con reporteros. Ganadora, ganadora, no se ve, aunque -café de Starbucks en mano- dice confiar en la movilidad de las encuestas, que cada vez la acercan más a AMLO y le van quitando puntos a Peña.
Entró con fuerza por la tarde a la comida-encuentro con empresarios y comerciantes de Nuevo León. Como prometer no empobrece, les dijo que con ella México viviría una nueva industrialización. Aplausos sordos, pocos asientos vacíos. Los empresarios ya han escuchado esto antes y las promesas, por más que lo intenta, no acaban de prender. Las ovaciones más cerradas se dieron al tocar el tema de la seguridad y al aludir a los priistas: al Gobernador Medina, por ausente; al ex Gobernador Moreira, por falsificar facturas, al Candidato Peña, por no saber citar tres libros. Y así.
Día de enjundia, interpelación y milagros. De nuevo, sin chiste.
FOTO: APRO